Supone episodios repentinos y repetidos de conductas impulsivas, agresivas y violentas, o arrebatos verbales agresivos en los que reaccionas con demasiada exageración para la situación. La violencia vial, el maltrato intrafamiliar, lanzar o romper objetos u otros berrinches temperamentales pueden ser signos del trastorno explosivo intermitente.
Estos arrebatos intermitentes y explosivos te provocan una gran angustia, tienen un impacto negativo en tus relaciones, en el trabajo y en la escuela, y pueden tener consecuencias legales y financieras.
El trastorno explosivo intermitente es un trastorno crónico que puede continuar durante años, aunque la gravedad de los arrebatos puede disminuir con la edad. El tratamiento supone la administración de medicamentos y psicoterapia para ayudarte a controlar los impulsos agresivos.
Los episodios agresivos pueden ser precedidos por o ir acompañados de lo siguiente:
- Ira
- Irritabilidad
- Aumento de energía
- Pensamientos acelerados
- Hormigueo
- Temblores
- Palpitaciones
- Opresión en el pecho
Los arrebatos verbales y conductuales están sobredimensionados y no se piensa en las consecuencias. Entre ellos se pueden incluir los siguientes:
- Amenazas o agresiones a personas o a animales
- Rabietas
- Diatribas
- Discusiones acaloradas
- Gritos
- Bofetadas, sacudidas o empujones
- Peleas físicas
- Daños materiales
Es posible que tengas una sensación de alivio y cansancio después del episodio. Más tarde puedes sentir remordimiento, arrepentimiento o vergüenza.
El trastorno explosivo intermitente puede comenzar en la infancia, después de los 6 años o durante la adolescencia. Es más frecuente en adultos jóvenes que en adultos mayores. Se desconoce la causa exacta del trastorno, pero probablemente se deba a una serie de factores ambientales y biológicos.
- Entorno. La mayoría de las personas con este trastorno crecieron en familias donde el comportamiento explosivo y el abuso verbal y físico eran comunes. Estar expuesto a este tipo de violencia a una edad temprana aumenta las posibilidades de que estos niños exhiban los mismos rasgos a medida que maduran.
- Genética. Quizás exista un componente genético que provoque que el trastorno se transmita de padres a hijos.
- Diferencias en cómo funciona el cerebro. Es probable que existan diferencias en la estructura, la función y la química del cerebro en las personas con trastorno explosivo intermitente en comparación con las personas que no sufren el trastorno.
Para mayor información consultar el siguiente vídeo:
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